El problema que genera la cal, queda de manifiesto por el aspecto de deterioro externo de los difusores (manchas blanquecinas) y también por sus fallas de funcionamiento, ya que al abrir la llave del agua, se logra apreciar que ésta no sale por todos los orificios o sale sin fuerza y en una dirección que no corresponde. Cuando se bloquea una cantidad suficiente de orificios, la presión del agua se acumula al interior del mango y del flexible y, tarde o temprano, termina por dañarlos.
Para evitar todos esos problemas, es conveniente realizar, dos o tres veces al año, un procedimiento de limpieza de estos rociadores.
Aquí os dejamos unas imágenes del antes y el después de eliminar la obstrucción de los orificios del rociador.